lunes, 26 de abril de 2010

Del por qué me vine a la Argentina

Acá les dejo mi pequeña gran historia de amor:


Conocí a mi esposo en Venezuela hace ocho años y medio, cuando estaba en mi trabajo. Él (argentino) había ido a mi país a dar un curso a uno de nuestros clientes, y la verdad que hoy digo con todas las letras mayúsculas que el AMOR A PRIMERA VISTA EXISTE!!



La verdad que a pesar del poco tiempo que nos habíamos visto, los dos, en las salidas nocturnas con los compañeros de trabajo, empezamos a hablar de nuestras historias. Ambos veníamos de historias fuertes, sin embargo estábamos solos en ese preciso momento y nos sentimos libres de hablarnos de cosas profundas y compartir intimidades. Pasó ese momento y tuvo que volver.



Después de cinco meses, volvió a mi país solamente a visitarme; a mi me conmovió mucho porque fue justo después del corralito, las noticias en mi país de lo que pasaba en Argentina no eran muy lindas; se veía el sufrimiento de las personas por lo que estaba pasando, así que el hecho de que él haya ido a verme en ese momento tan difícil, me hizo ver que estaba interesado en mi.

Me vine a la Argentina a visitarlo. Otra vez, después de cinco meses nos volvimos a ver. Al segundo día de estar acá me llevó a conocer a su mamá, a su familia y hasta me llevó a Córdoba para presentarme a su papá. Yo por supuesto estaba muy emocionada por su locura de presentarme a todos y de que todos supieran quién era yo. En él siempre noté durante mi viaje esos ojitos tiernos que uno no sabe cómo explicar con palabras...

A los 15 días de mis vacaciones en Argentina, me pidió que me viniera a vivir con él y yo sin dudarlo acepté. Toda mi vida, mi trabajo, mi gente, mis padres, todo estaba en Venezuela, pero algo muy profundo dentro de mí me hizo confiar ciegamente.

Él siempre me ha demostrado que es mi príncipe azul sin tener que hacer muchos esfuerzos; hasta el sol de hoy se merece todo lo que pueda darle y más; siempre se lo va a merecer porque es un excelente padre, amigo, 
amor, amante, todo, no hay nada en este mundo que pueda darle para agradecerle toda la felicidad que me ha dado. Es muy contenedor conmigo, me sabe escuchar y la verdad es que siempre voy a estar feliz de haberlo elegido como el padre de mis hijos y mi eterno compañero.

Si hay algo que tengo que decirle es que por más que a veces me sienta triste por no poder ver a mi segunda familia tanto como quisiera, él no es culpable o responsable por nada. Yo me vine porque en ese momento sentía que debía hacerlo. Hoy puedo decir que gracias a esa decisión soy feliz, tengo la familia que siempre soñé y que agradezco a Dios y al cielo por haberlo encontrado y jugarme.

Si tengo que decirle algo a alguien, les diría que no teman, que siempre hay un nuevo 
amor cuando uno menos lo espera, y que si no funciona, retroceder no es de perdedores... perdedor es aquel que después se queda pensando ¿qué hubiera pasado si...?

Gracias Mati por hacerme feliz, te amo, estoy orgullosa de ti, de tus locuras, de todo... gracias por dejarme ser!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por tu comentario!